Maldivas: Atolones Centrales. Parte I

Love at First Sight

Cuando pensamos en las Islas Maldivas, seguramente lo primero que nos viene a la cabeza son islas paradisiacas, atolones, resorts de lujo, luna de miel… Vale, eso también. Pero en un edén como este, es fácil imaginar el paraíso alternativo que podemos encontrar bajo el agua. Y no defrauda.

Nos encontramos literalmente en mitad del Océano Índico, pero con la suerte de estar relativamente cerca de la India, a unos 450 kilómetros al sur. Igualmente, el aeropuerto internacional de Male, está conectado con todas partes y recibe muchos vuelos. Esto lo convierte en un reto alcanzable por avión de manera fácil.

El azar geológico ha creado una cordillera submarina de más de 900 km de longitud de norte a sur, que los corales han hecho emerger hasta la superficie. Una peculiar forma de doble cadena de atolones, con más de 1.000 islas en total. En realidad, lo más interesante para el buceo no son las islas en sí, sino las «casi» islas que se mantienen a una profundidad suficiente para albergar una increíble vida submarina. Hay diferentes nombres para estas formaciones dependiendo de sus peculiaridades, pero la que más resuena es «Thila», refiriéndose a una formación coralina cuya cima está a unos pocos metros por debajo de la superficie.
Con este entorno, podemos entender la riqueza que se encuentra en la profundidades de estos atolones. Las buenas intenciones de conservación del gobierno local ayudan a mantener esta maravilla de la naturaleza en buen estado, a pesar de los complejos turísticos y de los miles de buceadores que pasan por aquí cada año. En nuestras manos también está conseguirlo. Más adelante os daremos, como siempre, algunos consejos interesantes para que entre todos ayudemos a conservar este y todos los rincones de nuestro planeta.

Love at First Flight

Por mucho que hayamos leído, visto fotos y vistas de satélite, no nos podemos hacer una idea de lo que hay aquí hasta que se sobrevuela por primera vez. Si hay un motivo por el que siempre elijo ventanilla en los aviones es para poder tener la oportunidad de observar este tipo de bellezas desde el aire. Prefiero estar más apretado durante el vuelo para poder observar con mis propios ojos desde el aire las aguas azul turquesa y verdes de los atolones y las islas plagadas de vegetación, a medida que el avión efectúa la maniobra de aproximación.
Maldivas es uno de los destinos más lujosos del planeta. La excepción a esta regla es la zona de llegadas del aeropuerto. Hay que reconocer que este área es muy simple, pero funcional al fin y al cabo. Desde primera hora de la mañana se convierte en un bullicioso mercadillo, donde los tour operadores se afanan por encontrar y recibir a sus huéspedes. Lo más común para los buceadores son los safaris vida a bordo, donde la recepción se realiza en el aeropuerto y se embarca directamente en el muelle situado junto al mismo. Conviene asegurarse de que nuestro tour operador lo incluye, eso hace toda la logística mucho más fácil. Si deseamos alguna extensión al vida a bordo, seguramente preferiremos hacerlo después de bucear.

Love at First Night

Sachika es el barco mejor valorado de los últimos años en safaris de buceo en Maldivas. Su barco auxiliar, el dhoni, es suficientemente grande para 20 buceadores, los guías, los equipos y los compresores.

En nuestro caso, debo confesar que Subnómadas y BCN Diving realizaron la mejor elección posible. Estuvimos 6 días a bordo del Sachika, el barco mejor valorado de los últimos años en safaris de buceo de las Maldivas. Se entiende que a un precio aceptable para un buceador medio, claro. Es sorprendente embarcarse en un hotel de 5 estrellas flotante, con habitaciones espaciosas y limpias y un buffet con comida de buena calidad y con cubiertas amplias para disfrutar del tiempo libre entre inmersiones.

Las cervezas no están incluidas, pero tienen un precio muy razonable para estar en un barco como este en las Maldivas. No queremos fomentar el consumo de alcohol 😉, sólo decir que cuestan menos de la mitad que en un resort de los que hay por aquí.

– Oye Kaavee, ¿cómo lo haces para abrir esa nevera después de un rato de mala mar? Sería una pena desperdiciar esas Coronitas….
– Con mucho cuidado…
– OK! Por favor, ¿me das una Coronita?


Además de todas estas condiciones, que ya de por sí mejoran mucho la experiencia de un viaje, la gran ventaja que aportan este tipo de safaris, es su barco auxiliar. Todo el mundo se refiere a él por la palabra local que denomina los tradicionales barcos de pesca: «Dhoni». El dhoni tiene unas dimensiones considerables, suficientes para albergar a unos 20 buzos y los guías, con todos sus equipos y los compresores. Esto evita el molesto ruido mientras se recargan las botellas durante todo el tiempo que estemos a bordo. Además, y lo más importante a mi juicio, ahorra a los buceadores todo el trabajo pesado de cargar con las botellas y el montaje y desmontaje de los equipos. ¡Eso sí que mejora la experiencia de buceo! Cuando embarcas en el dhoni, sólo tienes que preocuparte de comprobar el Nitrox. Bueno, vale, el traje te lo tienes que poner tú solito, y aun así, si te quedas atascado con eso, siempre tendrás a alguien de la tripulación dispuesto a ayudarte. Debo decir que la tripulación del Sachika es la más eficiente y atenta que he visto.

«Jump negative, think positive»

Con su permiso, he tomado prestado este eslogan de Top Class Cruising, la compañía propietaria de Sachika. Expresa a la perfección la filosofía que creo que deberíamos aplicar en Maldivas.
Para los no habituados a «saltar en negativo», esto quiere decir saltar del barco con el jacket totalmente desinflado y empezar a descender directamente sin mantenerse en superficie tras el salto. El motivo de esta práctica son las fuertes corrientes que solemos encontrar en estas aguas en bastantes puntos de inmersión. Es mejor descender directamente para mantener al grupo unido y encontrarse en el fondo en el punto exacto donde se desea empezar la inmersión.
Para los no habituados a «pensar en positivo», para mí personalmente significa, aparte de una filosofía de vida, disfrutar de todas las maravillas que nos ofrecen las Maldivas, a pesar de algunas molestias que podamos encontrar. Sí, en el paraíso también hay inconvenientes, no todo iba a ser perfecto. Y no me refiero a manzanas y serpientes.
Las corrientes suelen ser fuertes en algunos lugares, debido a que estamos en mitad del océano y las islas y atolones intensifican ese efecto. A cambio, tenemos una floreciente vida marina que sería imposible sin ellas. A veces la visibilidad no es la óptima, sobre todo dentro de los atolones, ya que la renovación del agua es menor. Debemos entender que esas partículas en suspensión suelen ser nutrientes que atraen a innumerables especies de las que podemos disfrutar y que de otra manera no estarían allí. Y si alguien piensa que a veces llueve demasiado -se llaman Monzones-, es gracias en buena parte a la increíble temperatura tropical de unos 30 grados de la que podremos disfrutar durante todo el tiempo.

Follow the leader

Esta parece una foto preparada, pero es una instantánea totalmente espontánea. Se puede saber por la mirada de Bea, nuestra guía a bordo del Sachika. En sus ojos se aprecia emoción e ilusión por enseñarnos todo cuanto nos ofrece el mundo submarino de las Maldivas. Una guía que ama su trabajo nos hace disfrutar mucho más de nuestras inmersiones.

Todos hemos hecho inmersiones dentro de un grupo de 10 o 12 personas siguiendo a un guía. Muy cómodo y seguro no es, desde luego. En cambio, el Sachika dispone siempre de 4 guías de buceo por inmersión. Es decir, grupos de 5 buceadores. Eso sí que marca una diferencia radical en la experiencia submarina. Te asegura seguridad y una buena ruta guiada bajo el agua.

Si estamos atentos a las indicaciones de nuestro guía podremos descubrir muchos detalles que de otra manera nos pasarían desapercibidos

Todos lo guías son muy experimentados y están atentos a su grupo. Conviene recordar que por muchas inmersiones que tengamos a nuestras espaldas, nunca vamos a tener más conociendo que ellos de estos sitios de buceo. Esto, que parece algo obvio, es importante recordarlo. especialmente en aguas como estas, que tienen unas condiciones particulares en muchas ocasiones. Por ejemplo: las corrientes, los puntos de anclaje, la profundidad y no deco time máximo, no molestar a los animales y mantener despejadas las estaciones de limpieza (más adelante hablaremos de ellas).
Los guías hacen un trabajo increíble para enseñarnos las grandezas del fondo submarino. Si seguimos sus instrucciones, nuestras inmersiones van a ser mucho mejores, sin duda.

Una buena guía siempre chequea a su grupo con frecuencia. Todos los guías del Sachika tienen miles de inmersiones. Bea lleva tanto tiempo en las Maldivas que habla el idioma local, además de su italiano natal, ingles y español.


Lo último pero no menos importante, es que al finalizar cada inmersión, el guía infla una boya allá donde se encuentre su grupo y el dhoni viene a buscarnos. Eso nos ahorra un importante esfuerzo de natación, que nos vendrá muy bien en la próxima inmersión si tenemos que batirnos contra la corriente.

Love at First Dive

A continuación, vamos a repasar algunas de las inmersiones más destacadas de los Atolones Centrales de Maldivas, que han hecho nuestras delicias durante una intensa semana, que nos ha parecido un mes. Hay muchas y muy diversas y dependiendo de la época del año y de las condiciones ambientales y meteorológicas. Nuestros guías elegirán siempre la mejor opción.

KHUDIMA WRECK

He decidido empezar por este punto de inmersión, porque tuve la suerte de conseguir esta impactante fotografía, que para mí refleja una de las maravillas que nos ofrece el buceo.
Personalmente, me fascina la sensación de estar literalmente en otro mundo, de volar en un universo paralelo. Aunque tengamos la tecnología para respirar y movernos casi como si estuviéramos en tierra firme, no es nuestro entorno. Somos extraños en un universo por explorar y descubrir. Sí, antes de sumergirnos hemos asistido a un briefiing, tenemos un plan de inmersión, sabemos lo que podemos encontrar. Sin embargo, siempre que nos encaramos hacia el azul, nos invade una sensación de adentrarnos en un mundo infinito por descubrir. Sabemos que siempre vamos a encontrar algo nuevo, cosas conocidas o desconocidas que nos van a sorprender. Este buceador sobrevolando el barco hundido a la vez que dirigiéndose hacia el profundo azul, me transmite esa magia que siento cada vez que me sumerjo. La de poder volar en otro mundo y descubrir algo nuevo en cada inmersión.
Por otra parte, los barcos hundidos me producen una fascinación que no puedo explicar. Creo que se debe a que es como un «cuerpo extraño» que proviene de otro mundo, el nuestro de tierra firme, y se encuentra en ese universo paralelo que es el fondo marino.
Este barco fue hundido a propósito para crear un sitio de buceo, además de un arrecife artificial de coral. En poco más de 30 años, ha sido colonizado por todo tipo de corales que se abren paso como si de un atolón natural se tratara.


La vida marina se puede observar especialmente sobre el casco, escondida entre su grietas y corales. Si tenemos suerte, también podremos encontrarnos por ejemplo con alguna manta despistada que se acerque a curiosear, mientras estamos ocupados en nuestra interesante misión de exploración de este viejo cascarón.
En el caso del Khudima, la escasa visibilidad acentúa esa sensación de adentrarse en lo desconocido. Ese tono azul inmenso se debe a una fuerte corriente. Hay que nadar bastante a la vez que descendemos hacia el fondo, hasta unos 30 metros. Podemos dar toda la vuelta por el exterior antes de adentrarnos por alguna de sus aberturas creadas ex profeso, y por último explorar la cubierta.

El Khudima está preparado para entrar y salir de él tranquilamente por amplias aberturas en el casco. Esa estrella de mar parece estar esperando en la puerta para dar la bienvenida a los visitantes.


La gran ventaja de los pecios «artificiales» es que están pensados y preparados para acoger a los buceadores. En este caso, dispone de amplias aberturas en el casco para entrar y salir cómodamente y un interior completamente despejado para evitar posibles problemas. La grúa situada en la cubierta, frente al puente, pone la guinda en lo alto de este pastel, dándole un último toque de encanto a un pecio sencillo, pero que merece la pena ser disfrutado.

La escasa visibilidad envuelve a este pecio en un aura todavía más misteriosa, sin impedir una buena inmersión

MOOFUSHI CORNER

Por favor, si solamente vas a hacer una inmersión en las Maldivas, que sea esta, o al menos otra que tenga una estación de limpieza de mantas. Es un espectáculo que no puedes perderte. Una cleaning station es una ubicación que alberga unos peces determinados que ayudan a las mantas a limpiarse, Por ello, estas acuden frecuentemente y pueden estar dando vueltas en ese espacio durante mucho rato. Hay sitio para más de una manta, claro, por eso el show está garantizado. Este enclave privilegiado nos permite observarlas en todo su esplendor una y otra vez. Iba a decir hasta aburrirnos, pero creo que nadie puede aburrirse de ver semejante espectáculo. Más bien, hasta que se nos acabe el aire.


Hay dos especies que me fascinan en el universo submarino: los delfines y las mantas. Los delfines por su inteligencia y su simpatía y las mantas por su serenidad y su majestuosidad. Además, ambas tienen una asombrosa cualidad en común: son «human-friendly» 😊. Afortunadamente, la mayoría de los humanos que somos capaces de bajar unos metros bajo la superficie, hemos aprendido a respetar y cuidar de estas y en general de todas las especies. Gracias a esto y a su curiosidad innata, sobre todo en los ejemplares más jóvenes, tendremos la suerte de que se nos acerquen sin ningún miedo. Si se aproximan a pocos centímetros de nosotros, no debemos tocarlos si ellos no lo hacen, solamente dejar que jueguen con nosotros y disfrutar de su compañía.
Nuestra guía nos recordará que debemos permanecer en la parte inferior del arrecife, rodeando la estación de limpieza, para poder tener una mejor observación. Nunca invadirla ni perseguir a las mantas. Eso las ahuyentará y entonces podremos observarlas solamente durante 2 minutos en lugar de 20. A muchos nos ha pasado emocionarnos observándolas o filmándolas y perder un poco la noción del espacio-tiempo. Si esto nos pasa y acabamos invadiendo la estación, hay que recordar que lo mejor es salir lo antes posible para evitar asustarlas y que se queden con nosotros el mayor tiempo posible.


Esta inmersión comienza a unos metros de la cleaning station, saltando en negativo como siempre que hay corriente. En ese lugar, el fondo desciende rápidamente y no deberíamos pasar de 30 metros. A esa profundidad y en drift, podremos observar bastantes tiburones en el blue. En este lugar no es fácil que se acerquen, así que basta con verlos como teloneros de lo que viene a continuación. Tendremos otras oportunidades de ver tiburones de cerca. En esta inmersión, la manta es la estrella indiscutible de la fiesta.

HULUMALE WALL

Es increíble la riqueza marina que se esconde bajo estas aguas. La capital, Male, es una isla no demasiado grande y que contiene edificaciones hasta desbordarla. Una de las ciudades más densamente pobladas del mundo. El aeropuerto se sitúa en el atolón más próximo y se conecta mediante un largo puente. El trasiego de los barcos mercantes en este área es intenso.


A pesar de todo, antes de emprender nuestro safari, en superficie y sin haber zarpado todavía, se pueden ver delfines saltando entre todo este alboroto human-made. También morenas, tortugas y rayas junto a un gris malecón perteneciente a una fábrica de conservas de pescado, que veremos en nuestra última inmersión antes de volver a casa.


Literalmente al lado del aeropuerto, nos sumergimos en Hulumale, el territorio de las rayas. Cada inmersión en estas islas tiene algo sorprendente. Aquí podremos ver tantas rayas juntas que nuestros ojos son incapaces de abarcar, ya no te cuento nuestras cámaras. Ni con ojo de pez se pueden encuadrar todas, cuando deciden acercarse a nuestro grupo formando un enorme mosaico. Parece como si quisieran alicatar el fondo del océano mientras lo rozan y levantan arena con sus movimientos sutiles y ondulantes. Por el contrario, se convierten en las tejas finamente entrelazadas de un tejado, cuando cuando pasan sobre nosotros y casi ocultan la luz del sol.


Es difícil expresar con palabras lo que se siente bajo el agua rodeado de todas estas maravillas, ni siquiera cuando me sale la vena poética. Tuve la suerte de poder captarlas en algunas fotografías, aunque imposible conseguir abarcarlas todas en la misma foto. Los videos vendrán en la versión 2.0 de SportsMarketMagazine.com 😊, y tampoco salen todas…

ALIMATHAA JETTY

Muchas inmersiones nocturnas terminan por recordarme a una discoteca, donde hay un montón de focos por todas partes que se mueven sin parar. En este caso, más todavía, porque la pista estaba llena de tiburones 😉.


Bromas aparte, esta es una inmersión memorable. Estamos en el entorno clásico de una nocturna: una plataforma de arena a poca profundidad donde es imposible perderse o acabar en las profundidades. Sin embargo, esta tiene un encanto muy especial. Verse rodeado de tiburones nodriza es una sensación difícilmente igualable. En general, estar rodeado de tiburones lo es, más aún si se acercan tanto como estos y sabes que no existe peligro alguno. Mires por donde mires, ahí están, rozándote mientras se deslizan suavemente a poca distancia sobre del fondo. También podremos observarlos al terminar la inmersión, dando vueltas alrededor del barco durante toda la noche. ¿Será por eso que los llaman nodriza (nurse)?


Alguna raya despistada le da un toque alternativo al territorio de los nodriza, pero los protagonistas aquí son los tiburones. We are shark whisperers…

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